Pese a haber sido una de las partes de Autovía del Mar, la empresa que tuvo la concesión entre 2011 y 2015 y se le rescindió por no llevar a cabo el contrato, AUMAR (de Benito Roggio) tendrá a cargo la realización del tramo de la segunda calzada que una General Conesa con el Partido de La Costa, confirmó AUBASA.
El dato también lo hizo saber el intendente lavallense, José Rodríguez Ponte. Roggio, junto a Helport y Esuco (unos meses después se sumó Cristóbal López, cercano al kirchnerismo), integraban Autovía del Mar, que en julio de 2011 tomó la concesión de las rutas de la región. El grupo cordobés liderado por Aldo Benito Roggio concentra sus actividades especialmente en cuatro áreas: arquitectura, ingeniería civil, obras viales y electromecánicas. Es el dueño de Metrovías, concesionario de la línea Urquiza (Federico Lacroze - Lemos) y los subterráneos. En rigor, tiene varios negocios con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el de Córdoba. Los orígenes de la compañía se remontan a 1908, cuando el patriarca Benito Roggio, inmigrante italiano, instaló en Córdoba una pequeña empresa constructora continuada luego por sus hijos Marcelo y Vito.
@bloqueI@El periodista Diego Rojas, en PlazaDeMayo.com, informó que el caudal de la compañía dio un salto exponencial en la década del treinta, se consolidó en el segundo mandato de Juan Domingo Perón y tuvo un crecimiento inaudito en los setenta de la mano de contratos convenidos con el Estado que se multiplicarían una vez llegada la dictadura en 1976. Entre 1976 y 1983, el grupo construyó las instalaciones del canal ATC en la avenida Figueroa Alcorta; la Central Térmica de Tucumán; el aeropuerto, los Tribunales y la Central de Policía de Córdoba; el estadio mundialista Chateaux Carreras y empezaron a recoger la basura en la ciudad de Buenos Aires gracias a su relación con el intendente Osvaldo Cacciatore.
En una entrevista con Luis Majul para su libro Los dueños de la Argentina, el actual mandamás de la compañía Aldo Roggio expresaba: “Yo parto de que acá hubo una guerra y en la guerra pasan cosas. En ese momento yo estuve de acuerdo con la guerra contra la subversión. Ha sido un parto doloroso pero necesario para el país”.
La empresa expandió sus áreas de intervención e incursionó en la informática y las privatizaciones menemistas de la década de los noventa les permitieron quedarse con Metrovías, el ferrocarril Urquiza, los peajes de varias rutas mediante las empresas Covisur, Coviares y Puentes del Litoral y el servicio de recolección de basuras a través de Cliba, además de que le fueron otorgadas las concesiones para el mantenimiento de miles de kilómetros de rutas. En esos años los Roggio fundaron en Córdoba, su ciudad de origen, el think-thank neoliberal del ministro menemista de economía Domingo Cavallo conocido como Fundación Mediterránea.