Necochea: encontraron sin vida a Débora Bulacio, la mujer que llevaba 3 días desaparecida
El cuerpo de la mujer de 39 años estaba enterrado al lado de un lago. El principal sospechoso es su pareja y está detenido por femicidio, aunque se negó a declarar. El mismo día que desapareció, ella le había contado a uno de sus 3 hijos que el hombre le había pegado.

Los investigadores creen que el crimen se produjo entre las 22:00 del sábado y las 8:00 del domingo, cuando vieron al sospechoso irse solo del camping.
La Policía Bonaerense, con el trabajo de los investigadores de la DDI en la zona desde ayer, encontró este mediodía un cuerpo a la vera de un lago en Necochea en el marco de la búsqueda de Débora Bulacio del Valle, de quien nada se sabía desde el sábado. Luego, fuentes del caso confirmaron al portal Infobae que el cadáver es el de la mujer de 39 años que era intensamente buscada desde hace 3 días.
“El cuerpo fue hallado en la zona lindera al Lago de los Cisnes sobre la arena enterrada”, precisaron las fuentes del caso, y sintetizaron: “Es terrible”. El lugar donde encontraron sus restos está a metros del acceso al camping “Miguel Lillo” donde se la vio por última vez con vida el sábado y donde este martes esperaban noticias dos hermanas y una tía de la víctima, que era mamá de tres hijos. Queda entre la zona comprendida entre la avenida 2 y la calle 72, a metros del mar.
La pareja de la víctima, identificada por el Ecos Diarios de Necochea como Ángel Andrés Gutiérrez, está detenida desde el lunes en una causa que se investigaba inicialmente como un femicidio y que lleva adelante el fiscal Walter Pierretégui, de la UFI de Género de Necochea, y la jueza de Garantías Aida Ihuez. El hombre, de 32 años, se había negado a declarar ante el fiscal del caso y también a realizarse una pericia psicológica y psiquiátrica.
Bulacio del Valle y Gutiérrez habían llegado a Necochea desde la localidad bonaerense de Villa Cacique, partido de Benito Juárez, para descansar. Así se instalaron en el camping “Miguel Lillo”. El sábado el sereno del lugar los vio discutir, pero no vio golpes.
Ese mismo día fue la última vez que Débora se comunicó con su familia: “Le dijo por mensaje a uno de sus hijos que su pareja le había pegado, le había dejado un ojo negro y le había aflojado un diente“, describieron los indicios que llevaron al fiscal y a la jueza este lunes a acusar y a detener al sospechoso por femicidio, pese a que aún no se sabía si Débora estaba muerta.
Los investigadores no perdían la esperanza de hallarla con vida, pero los indicios les decían todo lo contrario: el sábado por la noche ya la familia de Débora no tuvo más noticias de ella y el domingo por la mañana el sereno del camping denunció la desaparición de la mujer.
“Dijo que no vio a nadie en la zona donde acampaban en su ronda de las 4, pero sí estaba solo el detenido por la mañana y, sumado a la discusión previa, prefirió denunciar”, contaron y fue entonces cuando se activaron las alertas.
Así, se inició el operativo de búsqueda que involucró alrededor de 80 agentes y en el que trabajaron la Policía Bonaerense, Defensa Civil, Guardaparques y Policía Ecológica.
En ese contexto, encontraron ropa desperdigada, como unas calzas específicas; una zapatilla en lo alto de un árbol y otra en la base; y prendas de Débora manchadas con lo que sería sangre y que ahora se analiza. Mientras tanto, al sospechoso lo atraparon el lunes, cuando se aprestaba a dejar Necochea: tenía lesiones compatibles con rasguños.
En diálogo con la prensa, el fiscal Walter Pierretégui indicó que “el detenido entregó el patrón del celular y se encontraron en el teléfono datos a favor de él, con llamadas a ella en la madrugada del domingo 9 de febrero. Parecería ser que fueron posteriores a haber cometido el hecho”. Y agregó que “la carpa estaba en unos matorrales sobre un médano, escondida, en una zona cercana al muelle de los pescadores”.











