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02 JUN 2020 - 17:36 | Sociedad

La historia de Chonino, el ovejero héroe por el que hoy se festeja el Día del Perro en Argentina

Por la labor del valiente can en 1983, en nuestro país se homenajea al "mejor amigo del hombre".

El Día del Perro recuerda la historia de un perro policía, Chonino, que murió en un procedimiento al intentar salvar la vida de su guía.

En la Argentina, cada 2 de junio se celebra el Día Nacional del Perro. Para explicar las razones, hay que contar la historia de Chonino.

Por un lado, fue la periodista y poeta Cora Cané -fallecida en 2016- la encargada de impulsar que se eligiera esta fecha como recordatorio de lo que en los años '80 hizo un ovejero alemán de pelo largo y de gran tamaño de la Policía Federal llamado Chonino.

La iniciativa de Cané dio sus frutos y, desde 1996, cada 2 de junio los argentinos celebramos el Día Nacional del Perro.

Según hoy rememora Clarín, este ovejero alemán nació en abril de 1975 y, dos años más tarde, en octubre de 1977, lo eligieron para ser parte de la División Perros de la Policía Federal. Un año después, el perro formó parte del operativo de seguridad en el partido inaugural del Mundial 78, que se disputó en el estadio Monumental entre Alemania y Polonia.

Como siempre sucede en estos casos, Chonino trabajaba con un guía y a él le tocó el suboficial Luis Sibert, quien a su vez compartía tareas con otro agente, Jorge Iani. Nadie sabía entonces que en 1983, exactamente el 2 de junio, la vida de los tres cambiaría para siempre.

Esa noche, muy fría y de lluvia, Sibert, Iani y Chonino iban en un patrullaje de rutina por Villa Devoto, cuando cuando quisieron identificar a dos sospechosos en la Avenida General Paz y Lastra. Sin más, al pedirles los documentos, los delincuentes dispararon contra los policías e hirieron a Sibert y a Iani, quienes a su vez también dispararon contra los malhechores.

Al observar a su guía en el piso, Chonino se abalanzó sobre los delincuentes y saltó sobre uno de ellos, arrancándole el bolsillo de su campera.

El otro atacante, que observaba todo desde un costado, le disparó al ovejero en el pecho y el perro quedó gravemente herido. Como relataron los testigos, con las últimas fuerzas que tenía, Chonino se arrastró hacia su guía y murió a su lado.

El sacrificio de Chonino le salvó así la vida a Sibert, su guía, que luego de una larga recuperación logró volver a su casa tras varias operaciones y una convalecencia de 6 meses en el Hospital Churruca. Iani, en tanto, murió horas después del ataque.

Más allá del acto heroico de Chonino, otro detalle sumó honor, gloria y justicia a la situación dado que ya muerto, el perro tenía en la boca los documentos del atacante: se habían quedado atrapados en la tela del bolsillo, por lo que finalmente se pudo localizar a los delincuentes y atraparlos.

De ahí en más, comenzaron los homenajes para Chonino. Por empezar, la entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires promulgó en 1989 una ordenanza en la que le puso su nombre a la calle de acceso a la División Perros de la Federal, cerca del museo Malba.

Además, la Policía Federal emplazó una estatua de bronce en su honor en el predio de la Policía Montada. Y luego llegaría, de la mano de miles de amantes de los perros y de la iniciativa de Cora Cané y sus lectores, la elección del 2 de junio para celebrar el Día Nacional del Perro, como se hace desde 1996.

Actualmente, los restos de Chonino descansan en el Círculo de la Policía Federal Argentina y los de su guía, Luis Albert Sibert, fallecido 25 años después del episodio, el 13 de diciembre de 2007, en el Cementerio de la Chacarita.