El Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos, a cargo del Defensor del Pueblo Adjunto bonaerense, Walter Martello, realizó un estudio con jóvenes de entre 18 y 30 años. La mayoría reconoció haber manejado automóviles en situación de ebriedad y dijo conocer al menos una persona que, producto de ingesta excesiva, terminó en coma alcohólico.
En tanto, cuando se los indagó sobre los riesgos para la salud que implican las bebidas alcohólicas, sólo refirieron efectos inmediatos tales como la “resaca”, descomposturas y náuseas. No pudieron identificar los efectos que trae aparejado el consumo sostenido de alcohol como por ejemplo la deshidratación y distintas enfermedades asociadas.
Los jóvenes que participaron del estudio son oriundos de La Plata, de distintas ciudades del interior bonaerense, como así también de otras provincias como Mendoza y Misiones. Casi todos ellos manifestaron que la cerveza y el fernet son sus bebidas alcohólicas preferidas. También mencionaron Campari, vino y bebidas blancas vodka, ron y tequila.
Asimismo, comentaron que la edad en la que comenzaron a tomar alcohol fue entre los 13 y 15 años. Según la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR), a nivel nacional la edad promedio de inicio se ubica en los 12 años, mientras que desde el Observatorio de Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo se pudo detectar -en talleres de prevención y concientización que se vienen dictando en escuelas de gestión pública y privada- casos de adolescentes que afirmaron haber empezado a beber a los 11 años.
Respecto a los energizantes, los participantes del estudio cualitativo contestaron que lo toman mezclado con vodka o champagne en el boliche porque “pega más”.
A su vez, entre las motivaciones que describen en relación al consumo de alcohol, relatan que es por gusto, por ser algo cotidiano, o porque lo genera el ambiente. También por pertenencia, para mejorar el momento y para acompañar al grupo.