“Acerca de la verdad sobre la brutal agresión sufrida en Plaza Castelli de Dolores”
María Laura Giosso, que se presenta como madre “de las víctimas”, emitió un comunicado para dar a conocer su versión de los hechos y responder así a “las calumnias, la difusión irresponsable y el juicio sumario de quienes han decidido opinar sin conocer la verdad”.

Los hechos en cuestión sucedieron en la madrugada del sábado 1 de noviembre la Plaza Castelli. (Foto: archivo)
En la madrugada del sábado 1 de noviembre la Plaza Castelli de Dolores fue escenario de un hecho de violencia con posteriores derivaciones policiales y judiciales que generó diferentes repercusiones en los medios de comunicación y un comunicado de la Municipalidad en el que sentenciaba que era “intolerable” que “adolescentes estén de madrugada generando disturbios en la calle” y advertía que “sus padres deberán responder por los daños ocasionados”.
Ante esta situación María Laura Giosso, que se presenta como madre “de las víctimas”, emitió un comunicado titulado “Acerca de la verdad sobre la brutal agresión sufrida en Plaza Castelli de Dolores”, para dar a conocer su versión de los hechos y responder así a “las calumnias, la difusión irresponsable y el juicio sumario de quienes han decidido opinar sin conocer la verdad”. A continuación reproducimos el comunicado en cuestión, al que sólo le hemos corregido un par errores ortográficos y gramaticales menores a fin de facilitar su lectura, sin afectar en nada el sentido de las ideas expresadas.
“La agresión, no la pelea
El pasado sábado, mi ex marido y nuestros hijos fueron víctimas de una brutal y cobarde agresión en la Plaza Castelli de Dolores. Este comunicado es nuestra voz ante las calumnias, la difusión irresponsable y el juicio sumario de quienes han decidido opinar sin conocer la verdad.
Queremos dejar algo claro: no fue una pelea; fue una legítima defensa.
La cronología de la violencia
Todo comenzó con un acto simple: el hijo de mi ex marido se dirigía a acompañar a un amigo a su casa, cerca de la plaza, ya que ese mismo día cumplía años y lo estaban festejando en el Círculo de Suboficiales. En ese trayecto, se encontraron con un grupo de personas que, sin mediar provocación, comenzaron la agresión.
Su padre acudió inmediatamente al llamado de ayuda. Su intención era pacífica. Se acercó y les dijo: "No quiero pelear, ni discutir. Me voy a llevar a mi hijo."
Esta solicitud de retirada fue ignorada. La situación se intensificó al instante, y una de las mujeres que integraba el grupo atacante lo golpeó. Él intentó retirarla, pero el escenario explotó: personas de todos lados comenzaron a acercarse con palos, baldosas y botellas, elementos sustraídos de la misma plaza y con los cuales tienen costumbre de atacar.
La defensa y las lesiones
Ante la inminente turba, mis hijos solo pudieron hacer una cosa: proteger a su padre y protegerse mutuamente.
Mi hija se sumó para defender a su padre ante el ataque del grupo (eran más de veinte personas que salían de todos lados de la plaza y, no, como muestra ese recorte de video).
A mi hijo (el que tenemos en común), le partieron un palo en la espalda durante el enfrentamiento. Pero solo se detuvieron a juzgar que separa de una patada a una mujer que está atacando desde el inicio a toda mi familia.
Lo más grave: mientras mi hija se defendía de una agresora, un hombre, por la espalda y a traición, le hundió los ojos con sus dedos. Hoy, mi hija sufre derrames oculares a causa de la presión de ese ataque. Mientras otras mujeres que aparentemente en el video quieren sacarla, cuando en realidad su actividad fue suministrarle golpes entre todos y a espaldas (para no poder defenderse).
El video que circula, donde se ve a mi ex marido correr con un palo, fue captado casi al final de la reyerta. Es el registro de un padre que, tras quitarle un arma a un agresor, lo corre para alejar la amenaza y poner a salvo a su familia.
El juicio sumario de Dolores
Es absolutamente inaceptable que las personas, mediadas por la única y mala información que suministró “prensa municipal” y donde otros medios hasta foto se animaron a poner, se hayan apresurado a etiquetar, juzgar y condenar a mis hijos como violentos.
Ellos fueron los que recibieron los golpes con armas y sufrieron lesiones.
Ellos fueron los que se defendieron ante un ataque masivo.
Las personas que han opinado desde la comodidad de sus casas, sin saber la verdad, solo han conseguido causar un daño moral irreparable. Ninguno va a pedir disculpas, porque este pueblo tiene rápidos dedos para condenar, rápida lengua para sentenciar, pero una actitud muy lenta para las disculpas y el resarcimiento.
La indiferencia de las autoridades
He esperado por una respuesta seria de quienes deben velar por la seguridad.
La policía no estaba presente cuando ocurrió la agresión. Pero ya se hizo la denuncia correspondiente en la fiscalía de turno Nº 3.
El comunicado emitido por la Municipalidad fue conveniente, mentiroso y solo buscó una respuesta rápida a un problema que no han sabido ni querido solucionar. Pero además, es una palabrería muerta.
Llamo a los medios de comunicación a que muestren rigor periodístico. Su afán por la noticia les ha llevado a difundir una imagen que, aunque no revele el rostro, ha permitido que toda la ciudad señale, condene y distinga a cada quién. Esto no debe suceder, ni siquiera con los agresores. La gente de Dolores se tiene que acostumbrar a recibir información sin imagen del suceso o es que acaso se busca llevar a la sociedad “a la justicia por mano propia”. ¿Quién se va a hacer responsable después?
El honor se defenderá en la Justicia
La situación está en manos de la justicia. Ya tienen las cámaras completas de la plaza.
Por último, a ustedes, mis hijos, les digo: cuentan conmigo, yo los defiendo, estoy a su lado, son mi orgullo y mi fuente de amor. Siempre seremos nosotros tres. Nosotros tres para todo, con todo y por todo”.
La madre, María Laura Giosso











