Viernes 04 de octubre de 2024
09 SEP 2024 - 17:08 | Sociedad
Historias

Cómo era el paisaje de Dolores 150 años atrás

El grupo Comunidad Espora trata de bucear en las plantas nativas y no nativas para dar cuenta de la diversidad de la pampa, que no sólo tiene el ombú, sino una riquísima biodiversidad.

El grupo Comunidad Espora recogió más de 90 especies que se herborizaron y pueden verse en láminas.

Desde 2022 funciona en Dolores el grupo ambientalista Comunidad Espora, conformado por gente proveniente de diversas disciplinas y áreas de interés pero que tienen en común su preocupación por el medio ambiente, el cambio climático y el colapso ambiental.

Ángela Menchón, profesora de Filosofía e integrante del equipo, comenta a ENTRELINEAS.Info que la intención también pasa por “volver a mirar Dolores con ojos valorativos de su biodiversidad y de su territorio, poblado por montón de especies y con una geografía muy particular e interesante”.

Como buena parte del grupo está vinculado con la docencia, a partir de la sanción de la ley de educación ambiental en 2020, otro de los objetivos fue “cómo, desde nuestras disciplinas, empezar a problematizar nuestra relación con el ambiente, cómo pensar nuestras prácticas desde una perspectiva ambiental”. Desde el lado de la Filosofía, Menchón marca temas tan importantes como “la crítica al antropocentrismo y el modo en que ciertas actividades humana vinculadas al capitalismo y al extractivismo son responsables de la situación en la que está el planeta actualmente”.

 

Cómo era el paisaje de Dolores en el siglo XIX

Una de las primeras actividades realizadas por la Comunidad Espora surgió cuando “nos dimos cuenta de que alrededor del edificio del Museo había muchas plantas nativas y conocimos que hubo, en algún momento, la intención de armar un parque evocativo, una movida en la que estaban involucrados varios museos de la provincia que intentaban recrear desde las plantas el paisaje en el que sucedieron los hechos que se evocan”. Así, quienes visitaran el Museo Libres del Sur, dedicado al indio y el gaucho, pudiera tener idea de cómo era el paisaje en el que transcurrió la vida de indios y gauchos en los tiempos que se evocan en el lugar. 

“Como dolorenses, muchos no conocíamos cuáles eran las plantas nativas de la zona y cómo árboles que se consideran típicos de la pampa, como el ombú, fueron introducidos”, señala Ángela Menchón quien agrega que otra de las ideas del espacio es “desnaturalizar esta idea de que en la pampa no hay nada. ¿Cómo que no hay nada? Hay que aprender a mirar”.

Uno de los objetivos es determinar cuáles plantas son nativas, cuáles introducidas y empezar a entender esta idea de por qué defender lo nativo.” Sólo porque es de acá es una posición que puede sonar conservadora y peligrosa”, dice Menchón.

Explica que “las plantas nativas tienen que ver con la red de interacciones que en miles de años se fueron tejiendo con hongos, microorganismos, aves, insectos. Esas plantas hay que pensarlas en relación. Entender que cuidar las plantas nativas es cuidar una red de interacciones también humanas, y no solo cuidar lo propio por una cuestión de chauvinismo o de un nacionalismo que romantiza lo propio y demoniza lo extraño porque sería negar cómo se ha configurado nuestra identidad argentina”.

 

Un herbario, un taller

La primera actividad de Comunidad Espora fue hacer un herbario de las plantas del parque que rodea el museo, dirigidos por la botánica María José Methol. Se recogieron más de 90 especies que se herborizaron y pueden verse en láminas que están en la biblioteca del Museo. ¿Qué es herborizar?  “Tomar una parte de la planta lo más completa de la planta que con una técnica específica se diseca, se guarda en una lámina, se escriben sus características y queda como una especie de memoria vegetal. Esto está acompañado de un mapa que permite hacer un recorrido y saber dónde están las especies”, explica Menchón.

Y la próxima actividad, que se realizará durante los sábados a partir del próximo, con encuentros virtuales y presenciales, será un “curso de formación botánica para el reconocimiento de especies del arbolado urbano. Se trata de un curso destinado a todo público, para el que no se requieren conocimientos previos, que permitirá “dar herramientas para identificar cuáles son las plantas que tenemos en Dolores, cuál es la importancia de la distinción entre nativas y no nativas”.