A 24 años del asesinato de José Luis Cabezas
Cabezas, fotógrafo de la revista Noticias, fue asesinado el 25 de enero de 1997,y fue el primer trabajador de prensa que murió como consecuencia de su trabajo desde la recuperación democrática, en un hecho perpetrado por personas vinculadas al empresario postal Alfredo Yabrán.
El 25 de enero de 1997 era domingo. Calor y medio mundo de vacaciones era el panorama en Dolores. Calma chicha y una redacción de diario pueblerino que peleaba contra la falta de noticias. Cerca del cierre empezaron a llegar cables: un muerto en la zona de Pinamar, dentro de un auto incendiado. Lo que parecía en principio una policial más se rebeló pronto como el hecho político e institucional más grave del mandato del entonces presidente Carlos Saúl Menem: habían matado al fotógrafo de la revista Noticias, José Luis Cabezas. En medio de la disputa entre el presidente y el gobernador Eduardo Duhalde, había aparecido un asesinato. “Me plantaron un muerto”, dicen que dijo Duhalde que pasó por el lugar del crimen, mientras iba a pescar.
Por jurisdicción, el hecho recayó en Dolores, en el juzgado de José Luis Macchi. Y eso convirtió a la ciudad en la capital noticiosa del país.
Meses antes, en octubre de 1996, el mediático juez federal Hernán Bernasconi había comenzado un raid mediático con la telenovela del jarrón de Guillermo Coppola: el magistrado que daba conferencias de prensa diarias en la puerta del juzgado terminó prófugo y preso. Por los pasillos de los hoteles de Dolores quedan aún recuerdos de los escándalos que se replicaban en la tele. Nombres de mujeres llamadas Samantha y Natalia y policías de apellido Gerace y Diamante eran cosa diaria.
Pero esto no era un sainete para Mauro Viale: esto era la guerra. Poderes oscuros que sólo se atisbaban, la maldita policía, las feroces zancadillas de la política, todo quedó para discutirse.
El panorama local se modificó: la confitería del Plaza se llenó de periodistas. La puerta de tribunales estuvo sitiada por móviles de la tele como parte del paisaje habitual: una cobertura que se mantuvo firme durante un año, la más larga de la historia como plantearon varios de los que estuvieron destinados en la ciudad para cubrir el caso.
Algunos periodistas locales compartimos la cobertura para medios nacionales y entramos también en otra lógica laboral. El recordado Eduardo “Fischer” Cerdá fue el dolorense más activos en la tarea de informar –a través de la agencia DyN- acerca de qué estaba pasando en los tribunales sobre un tema que no bajó de los diarios rápidamente, como suele suceder con cualquier noticia. Los padres de Cabeza y su hermana Gladys eran figuras habituales en la ciudad y recibían palabras de cariño y afecto. Por tribunales desfilaron Pepita la Pistolera y los Pepitos; vino a declarar Yabrán en medio de impresionantes medidas de seguridad. El entonces gobernador Duhalde se reunió con el juez y, luego, de paso, desfiló a caballo en la Fiesta de la Guitarra. Los dolorenses la mirábamos como por la tele.
Hubo marchas de reclamo de justicia y también otra, apoyando al juez Macchi. Después vino el juicio –que también se realizó en verano- y nuevamente la ciudad se convirtió en eje de la noticia judicial. Finalmente, todo pasó.
Veinticuatro años después algunos seguimos escuchando el grito “Cabezas presente”.
El caso
Cabezas, fotógrafo de la revista Noticias, fue asesinado el 25 de enero de 1997,y fue el primer trabajador de prensa que murió como consecuencia de su trabajo desde la recuperación democrática, en un hecho perpetrado por personas vinculadas al empresario postal Alfredo Yabrán.
Un año antes de que se produjera este crimen, Cabezas le sacó una foto a Yabrán en una playa de Pinamar, y ese simple suceso constituyó, según determinó una posterior investigación judicial, una afrenta que el entonces propietario de la firma OCA no estaba dispuesto a perdonar.
El viernes 24 de enero, el periodista Gabriel Michi y el fotógrafo de Noticias destacados en Pinamar concurrieron a una fiesta que organizaba el empresario Oscar Andreani y llegaron en un Ford Fiesta Blanco en el que se desplazaban.
A las 4 de la madrugada del 25, Michi se retiró y Cabezas decidió quedarse para hacer unas fotos más, pero decidió irse una hora después.
A la mañana siguiente, el cuerpo de Cabezas apareció adentró del Ford Fiesta quemado con alcohol metílico; tenía sus manos esposadas y dos proyectiles de un arma calibre 32 alojados en su cavidad craneana.
Por el crimen fueron condenados los policías Gustavo Prellezo, Aníbal Luna y Sergio Camaratta; también fue sentenciado Gregorio Ríos, jefe de seguridad de Yabrán, y los integrantes de la banda "Los Horneros", Sergio González, José Luis Auge, Horacio Braga y Héctor Retana en tanto que Yabrán, considerado como el autor intelectual "mediato" del crimen, no llegó a ser juzgado porque se suicidó en mayo de 1998.