22/06/2021 | Noticias | Opinión

Caras y más caras

Sin caras no sabemos quiénes somos, quiénes son; sin caras somos casi impunes.


Y nos acostumbramos, descubrimos: hay algo mágico en no vérnoslas. La cara, terminamos de aprender en estos meses, es la persona. Sin caras no sabemos quiénes somos, quiénes son; sin caras somos casi impunes. Sin caras no nos vemos: nos intuimos, nos suponemos, nos buscamos en lo poco que hay. Surge el secreto y sus derivaciones, la amenaza, la labia de quien calla. Ya lo saben los machistas musulmanes, que quieren dominar a sus mujeres, y sus mujeres, que saben dominarlos: ellos las obligan a esconder y ellas al no mostrar sugieren, convierten sus pelos encubiertos en una forma del misterio, los burlan, los enredan. Durante más de un año, nuestras caras fueron tan esquivas como el pelo de las mujeres musulmanas, escondidas detrás de la máscara –y quizás algún día lo recordemos con nostalgia.

Recuerdo ahora un ejercicio que les pedía a mis alumnos de radio en la facultad de Comunicación en Buenos Aires, 1988: que contaran una historia sin palabras, solo con sonidos. Las máscaras fueron, a su manera, eso: contar sin lo más evidente, ver todo salvo lo que siempre. Mirar por la calle personas y no saber qué había en su faz y, por lo tanto, cambiar la interfaz; quedarse sin sonrisas fue tanto peor que sin abrazos: aprendimos a sonreír sin bocas. Sonreír con los ojos es sonreír en serio, más allá de la mueca: durante todos estos meses pudimos, supimos, nos esforzamos y lo conseguimos. O no, según las veces.

Y fue atractivo mientras duró y fue espantoso mientras duró: la máscara es, como casi todo, insoportable. Es duro portar su cruz, su culpa, su pasado; es un coñazo portar siempre una máscara. No es difícil: es solo insoportable. Y como es insoportable nos pasamos más de un año soportándolo y ahora vamos a empezar a terminar de soportarlo. Mostrar la cara solía ser muy banal y es, ahora, una victoria: la libertad será mostrarla.

Porque la peste nos mostró tantas cosas que no queríamos ver –y ocultó las que sí. Las caras se habían vuelto pura aspiración: producto de interiores o, más aún, de la pantalla. Por la peste, fueron un bien raro: veíamos muy pocas, debíamos prestarle a cada una la atención debida. Pero eso –por ahora– se acabó: las calles se llenarán de ellas, volveremos a un mundo de abundancia. Vuelve la sociedad del despilfarro: cada vereda o acera o calzada va a ser, de nuevo, remolino de caras y, poco a poco, nada de eso importará y habremos olvidado.

Y, una vez más, tener lo que deseábamos será no tener nada.


Ver artículo completo

Te puede interesar

La Argentina atada a Trump

04 de diciembre. Convivir con el aroma espeso de la reparación moral. Consta que la derecha jamás se atrevió a tanto. Plena exaltación del cipayismo explícito.

No es Karina, Santiago, es Javier

25 de noviembre. Quisiste ser Premier por Francos y pusieron a Adorni. Quisiste ser el gran ministro del Interior y fue Santilli. La confrontación de fondo es con el Panelista que siempre se encuentra detrás de las decisiones.

El bolso geopolítico de Grossi

17 de noviembre. De la Organización Internacional de Energía Atómica hacia la Secretaría General de las Naciones Unidas. Con los cinco miembros permanentes en el bolso sólo resta asumir la paulatina espera.

La potencia del socialismo del robo

11 de noviembre. Causa Cuadernos. Juicio al capitalismo y a la patología del peor kirchnerismo. Como si Dios fuera el tercer cruzado que milita la similar batalla cultural de Trump y de Milei.

Asepsia del quirófano

03 de noviembre. Hostigar a Karina y a los Menem para destronar a Guillermo Francos. Santiago Caputo, El Neo Giacomini, es lo suficientemente astuto como para ser el más eficiente explotador.

Con la disrupción le fue bien. ¿Para qué cambiar?

27 de octubre. De las relaciones carnales a la promiscuidad tolerable. Dieron vuelta la catástrofe electoral. Triunfa la ostensible idea de ser una colonia. Le sobra vocación.

80 años de Los Mellizos, Peronismo y Antiperonismo

20 de octubre. Si hay que privatizar se privatiza. Si hay que nacionalizar se nacionaliza. Si estallan las improvisaciones a la bartola del Panelista, en el primer plano de la vitrina se encuentra Axel.

Cierre de campaña en Washington

15 de octubre. La simpatía que Trump siente por Milei no se traslada mecánicamente hacia Los Cubanitos. Milei es el máximo y probablemente único aliado que tiene en el sur del continente.