Asepsia del quirófano
Hostigar a Karina y a los Menem para destronar a Guillermo Francos. Santiago Caputo, El Neo Giacomini, es lo suficientemente astuto como para ser el más eficiente explotador.

Escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial para JorgeAsisDigital.com
Explotable explotador
Instrumento explotable, Santiago Caputo, El Neo Giacomini, es lo suficientemente astuto como para ser el más eficiente explotador. Entonces es de cuidado. De cuidarse.
Para un Gobierno de Consultores, como el que preside Javier Milei, el Panelista de Intratables, la comunicación es un valor altamente prioritario.
El consultor sabe manejar con destreza los distintos equipos, cuatro o cinco al mismo tiempo.
Puede pasar de las secretas operaciones destructoras de inteligencia a movilizar colecciones de infamias desde las tinieblas corporativas, como referencia de los tuiteros oficialistas que se esmeran, bajo su conducción, mientras aguardan la oportunidad de la figuración superior.
Mantiene atributos trascendentales durante las campañas.
Sabe de tácticas y suele atreverse a discutir audaces estrategias.
Pero infortunadamente se excede en las operaciones deportivas que lo hacen persistir en la asepsia del quirófano.
Opera con los que supuestamente están en el mismo bando.
Que es precisamente donde se concentran los verdaderos enemigos.
“Cuidado con los míos”.
“De los enemigos me ocupo solo”.
En general, Santiaguito se pasa de rosca. Con vueltas innecesarias en los torniquetes.
Los perplejos
La perversidad de Santiaguito fue explicablemente sorprendida por la consagración electoral del Panelista.
Fue gracias a los favores misteriosamente caros de Washington.
A la sigilosa explotación cultural del «riesgo kuka» que los kirchneristas nunca supieron atenuar.
Le vaticinaba al Panelista resultados efectivamente contrarios.
Eran los que Milei esperaba, para transformarse pronto en el primer perplejo.
El segundo perplejo sería Axel, El Gótico.
Los guarismos adversos hubieran posibilitado el ingreso con pompas triunfales de Santiaguito en el gabinete.
Para firmar expedientes, como le reclamaba entre chicanas el Premier Guillermo Francos, Amanecer, la próxima víctima.
Francos ya no podía simular el hartazgo por las sistemáticas operetas que se prodigaban los dos inmerecidos vértices del Triángulo de Hierro. Ocupados por la señora Karina, La Repostera Prodigiosa, y por Santiaguito. Se llevaban casi a las patadas. Como Alberto Kohan, El Frate, y Eduardo Bauzá, El Flaco Lánguido, durante la estética menemista.
O como Carlos Zanini, El Cenador, y Julio De Vido, El Pulpo, durante la patología kirchnerista.
Francos sostenía indiscretamente que Santiaguito debía dejarse de irritar con los sublimes suspiros de su inteligencia irresponsable y debía comprometerse también con la firma.
Es decir, con el cuerpo.
Cada acto resonante, cada medida que el Panelista decidía por su influencia, debía ser avalada por el Premier.
Aunque estuviera en desacuerdo, Amanecer bancaba.
En el fondo, El Neo Giacomini pretendía ser designado el próximo Premier providencial que llegaba con la santa misión de rescatar la epopeya del libertarismo. Para evitar el colapso irreversible, mientras desperdiciaban el tiempo en la masturbatoria batalla cultural imaginaria que planteaban los pensadores demenciales de la casa.
El móvil real de Santiago consistía en hostigar a Karina y a Martín y Lule Menem, pero para destronar al verdadero objetivo, Francos.
Aunque el tsunami de votos favorables dejó tan perplejo a Santiago como a Axel y Javier.
Quedó suspendido entre las tensiones que lo excedían.
Eclipsado en el territorio fangoso de las procrastinaciones.
El default de las tierras raras
Los 4 gobernadores ausentes perforaron la significación de los 20 presentes.
Peor que una anomalía, la falta de Buenos Aires debe computarse como horror.
En 42 años de democracia, el Panelista es el primer presidente que gobierna con la Provincia del Pecado en contra.
“El soviético es parte del problema”, justifica.
La falta de Tierra del Fuego solo preocupa porque legitima la cancelación de las Malvinas (cliquear).
Que no se convoque a La Rioja, vaya y pase, tampoco espanta.
Muestra gratis del interés de Milei en elevar pronto a otro Menem.
Martín, El Seductor.
La falta de Gildo asombra menos porque Formosa emerge siempre con Gildo puesto, aunque el periodismo violeta suele emocionarse con la ilusoria intervención.
Lo importante entonces es que renace la ambición anarco capitalista a partir del tuit milagrosamente tranquilizador de Scott Bessent, Alan Ladd (cliquear).
Cuando Trump se da cuenta de que no puede ni debe dejar caer a Milei.
Exclusivo y único aliado en este rincón aletargado del mundo.
Rico en carnes, en pastizales, en el default de las “tierras raras”.
Vuelve a exaltar el rumbo pronunciado de la disrupción liberal.
No habrá otra alternativa que forzar el temperamento para interpretarla.
El horripilante lugar común de la racionalización indica que el Fenómeno Milei es lo único que en la actualidad se mantiene vigorosamente vivo.
Los argentinos giran alrededor de su sol y Milei es tan gigante genio político que supo lateralizar también hasta a su antecesor. Mauricio, El Presi, abducido Ángel Exterminador.
La algarabía de las milanesas
“Acepté la renuncia de Francos, Presi, asume Adorni”.
En el epílogo de la primera milanesa el Panelista le transmitió la peor noticia a Mauricio, su invitado, a los efectos de legitimar la deplorable digestión del calabrés por la caída abrupta del Premier Francos, encargado de organizar la algarabía de las milanesas, como así también la juntada con los 20 gobernadores, según receta de Donald Trump, Corbata Carmesí.
De pronto, por el caprichoso hartazgo, Amanecer marchaba hacia la desocupación para ser sucedido por la repetidora eficiente que no puede compararse en la portación de experiencia, como tampoco siquiera en los atributos para el diálogo.
Mientras tanto Patricia, La Montonera del Bien, aprovechó el rebote de la guardia baja de Mauricio para fragilizar aún más su figura. A los efectos de manotear, en un santiamén, los siete diputados del PRO que le responden, y llevarlos al rejunte multiplicado de la Libertad Avanza en La Pajarera.
Con el panorama cubierto de melancólicos perdedores que piadosamente se silencian, y con el Ángel fuera del juego, queda para concluir la montaña de despojos en el escenario.
La resignificación trunca del peronismo con la galería de víctimas explícitamente contabilizadas.
La perplejidad por la ajustada derrota de Axel es dolorosamente proporcional con la frenada de la dupla ambiciosamente cordobesa del Gringo Schiaretti y de Martín Llaryora.
Asomaban como atisbos de proyectos nacionales.
Hoy se encuentran tiesos como otras melodías interrumpidas del sinfónico amigo Seita.
Para completarla, a esta altura del despacho, La Doctora toma relevante conciencia de que está en cana.
En la nueva situación apenas puede darse el gusto de bailar de vez en cuando en el balcón.
O aventurarse, a lo sumo, en un tuit.
“Ocurre que Milei nada tiene enfrente”.
Lo confirma otro analista desperdiciado que emite sus graves tonterías por televisión, pero con rostro de elevada sabiduría.
Aunque por “no haber jugado” quedó vivo Sergio, El Profesional.
Consta que tres minigobernadores fueron a la guarida de Libertador para suplicarle que fuera candidato a diputado. Para que utilizara de una buena vez la penúltima bala de la recámara, que sabrá utilizar en alguna próxima elección que valga, en efecto, la pena.
Al cierre del despacho, trasciende la designación, como ministro del Interior, de Diego Santilli, El Bermellón.
Peronista Originario que representa, en la práctica, un merecido homenaje al Maire Horacio Rodríguez Larreta, Geniol, vencido entre los vencidos, perdedor máximo de cualquier categoría que suele ilusionarse obstinadamente con la revancha.











