El combate del peronismo por la lapicera
¿Nueva miniserie?: La pelea es siempre en los años pares para acordar luego en los años impares.
Escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial para JorgeAsisDigital.com
La casa de los viejos
Los peronistas aprendieron. Por experiencia de 70 años ya saben que cuando se dividen pierden. Son “boleta”.
Entonces racionalmente decidieron pelearse durante los años pares. Para acordar después en los impares.
Sorprendente tendencia hacia la cordura ideológica.
Admirable capacidad para la persuasión (o la concesión).
La fracción de 2013, producida por el Frente Renovador de Sergio Massa, El Profesional, perforó aquel proyecto “eterno” de La Doctora (que en realidad nunca existió).
Pero la fracción facilitó también el triunfo posterior de Mauricio Macri, El Ángel Exterminador.
En 2015 y a través de la injertada invención de Cambiemos.
Alianza victoriosa entre el refinamiento de PRO con los radicales oscilantes y la posteriormente estancada Coalición Cívica de la señora Elisa Carrió, La Bien Pagá.
El retorno de Massa a “la casa de los viejos” resultó fundamental para que el peronismo en 2019 regresara al poder con Alberto Fernández, El Poeta Impopular.
Una táctica genial de La Doctora que derivó en la catástrofe estratégica que culminó con la presidencia de Javier Milei, El Panelista de Intratables.
Diez meses después despuntan las balas de teflón del desprestigio.
Las balas le entran todas, arrojadas por los estudiantes o por los jubilados.
Los peronistas adiestrados huelen precipitadamente a calas.
Mientras tanto vuelven a delirar, otra vez, con la entonación del mismo tango.
Error de la numerología
En los años pares no existen las compulsivas elecciones (para la numerología aquí radica precisamente el gran error, ¿ampliaremos?).
Los peronistas con deseos de proyectarse se deben esmerar en el voltaje de los años pares. Para que figure la identidad en la boleta del próximo año impar.
Para alcanzar la caja del puesto jerárquico del ejecutivo. Presidente, gobernador, incluso alcalde.
O para el rebusque de la licitación legislativa. Pajarera de concejales, diputados del montón o venerables senadores.
El año presente es par, y La Doctora sorprende para presidir el instrumento del Partido Justicialista. De repente le comenzó a interesar.
Posiblemente para evitar la tentación de ser la primera candidata a diputada, y resolver el despelote interno de la fundamental Provincia del Pecado.
La postura de La Doctora es una consecuencia inducida del operativo clamor iniciado por el senador Eduardo de Pedro, El Wado, que también riega ilusiones para 2027.
Emotivamente multiplicada por los entusiastas miembros de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora. Como la señora Mayra Mendoza, La Flor Robada de Quilmes.
La Agencia es el organismo clave de la patología kirchnerista, conducida desde su creación por Máximo Kirchner, En el Nombre del Hijo.
Además, Máximo es el titular del Justicialismo de la Provincia del Pecado. Invención que se carga en la cuenta generosa de Martín Insaurralde, El Jessico.
Para retribuir, Máximo es el responsable principal de la posterior promoción de Insaurralde como interventor de Axel (en realidad como Premier).
Pese a los papelones memorables transcurridos en el Bandido, El Jessico aún exhibe cuotas reconfortantes de poder.
Indispensables para mantener, incluso, la jefatura transitoria de Máximo.
La pugna inexplicable Axel/Máximo
Pero en el año 2024 ya se había lanzado antes para presidir el instrumento del PJ el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, El Rey Mago.
Emblema de la perspicacia del “peronismo del interior”. El Rey Mago “camina” por los distritos federales en la búsqueda explícita de apoyaturas espirituales.
Quintela mantiene una inquietante complicidad casi conspirativa con Axel Kicillof, El Gótico.
El gobernador de la Provincia del Pecado estimula el ilusorio esquema presidencial para 2027.
Mientras tanto, como si le faltaran quilombos, Axel asume el desgaste prematuro de la pugna inexplicable con Máximo.
Y plantea, en simultáneo, un modelo exactamente contrario al que hoy enarbola para estrellarse el Panelista de Intratables.
El combate principal de año par en el peronismo es entre Axel y Máximo por el manejo estricto de la lapicera en el año impar 2025, signado por la renovación legislativa.
Año sustancial para Axel por el objetivo cucarda 2027.
“Si Máximo te maneja la lapicera olvidate, pone toda la gente de él y vuelve a colgarnos a todos”.
Una vez lanzada La Doctora, protectora, madrina política y tal vez hasta la inventora de su gobernación, Axel prefiere optar por refugiarse en el silencio que tergiversa la desorientación.
A los efectos, acaso, de tensionar el suspenso para asegurarse la módica centralidad del simbólico 17 de Octubre.
Ocurre que en el próximo acto de Berisso Axel será el orador exclusivo para concentrar las fervorosas ilusiones del “axelismo”.
Movida enigmática la del “axelismo“, espanta a Máximo (y tal vez a La Doctora). Pero es acompañada por poderosos peleadores peronistas de los años pares.
Los minigobernadores Jorge Ferraresi, El Patrono del Patria, y en especial el monje pagano Fernando Espinoza, Argentino Ledesma.
Ambos bocetos de estadistas son firmes baluartes del conurbano para la ofensiva de la Tercera Sección Electoral que lucha, desde el peronismo clásico, por el control de la lapicera.
Contra La Agencia, que viene culposamente asociada a la estrategia de Insaurralde, aún influyente.
Como si se tratara de otro episodio, para nada violento, de la antigua competencia entre Lomas de Zamora y La Matanza, mini gobernaciones eternamente peronistas.
Entre Cámpora y Perón
Acontece que Axel -como Quintela- se enteró por los diarios de la repentina aspiración de La Doctora, lanzada desde la modernidad de las redes relativamente sociales.
Para el criterio de Quintela, trasciende que la movida cayó mal.
“Hubieran avisado”, lamenta el peronista cultural que imagina la próxima resolución del año impar.
“Máximo era conducido por la madre, a la que usted llama La Doctora. Pero se produjo la transferencia: La Doctora ahora parece ser conducida por Máximo”.
El combate del peronismo por la lapiceraEl peronista cultural se había enrolado en la perspicacia del proyecto peronista del interior.
Se dispone a enfrentar ahora con Quintela y contra La Doctora, a quien le teme llamativamente más que al demonio y casi suplica por no ser identificado.
Y Rocamora cumple. Siempre.
El impacto del lanzamiento de La Doctora obtuvo menos repercusión de la esperada.
Aparenta ser apenas una expresión orgánica de La Agencia.
Mientras tanto, las huestes que mandan al frente a Quintela suelen inspirarse en consignas para la imaginación publicitaria.
«La lucha por la lapicera que se viene es entre Cámpora y Perón».
“La nave de los condenados”
Al cierre del despacho, trasciende que la súbita aspiración de La Doctora provocó el alboroto suficiente para producir la renuncia de Florencio Randazzo, Cartel de Chivilcoy, como afiliado al PJ.
Consta que Randazzo es el artífice peronista de la alianza de centro, con atisbos de centro derecha y exponentes de centro izquierda, sarcásticamente llamada “La nave de los condenados”.
Versión nacional del rejuntado bloque de diputados que contiene como pensador estratégico a Emilio Monzó, El Diseñador.
Y que es Encuentro Federal, arbitrariamente comandado por el reconocido estadista Miguel Pichetto, El Lepenito, conductor del equipo de pesos pesados.
De la magnitud reformista de la señora Margarita Stolbizer, el benjamín Nicolás Massot, el Robinson Crusoe del liberalismo don Ricardo López Murphy y la señora socialista Mónica Fein.
Selección notable de próceres experimentados que podrían perfectamente confabularse con Juan Schiaretti, el Cordobesista del Llano que anda casi a la deriva.
El Gringo Schiaretti necesita algún eco nacional para mantener el prestigio en el terruño de estadista cuartetero.
Gran pregunta, ¿continuará?