Jueves 21 de noviembre de 2024
23 JAN 2023 - 09:40 | Opinión
PANORAMA INTERNACIONAL

CELAC consagra al Camarada Ralph

15 Jefes de Estado en Buenos Aires y decenas de primeros ministros para la Cumbre de CELAC, imitación de la OEA, segunda marca.

Alberto Fernández y Lula Inacio da Silva. (Foto: Presidencia de la Nación)

Escribe Osiris Alonso D’Amomio
Geopolítica, Especial para JorgeAsisDigital.com

1.- La nueva estrella, Ralph Gonsalves
Para desconocimiento de los patriotas resistentes de la Salamería de Vieytes, Buenos Aires es la plataforma de lanzamiento continental de Ralph Gonsalves, El Camarada Ralph.
Primer ministro de San Vicente y Granadinas, estado insular de 100 mil habitantes. Se habla inglés.
Perro de Fuego (como Donald Trump, Bill Clinton y Mingo Cavallo), Doctor en filosofía, escritor, licenciado en administración en Manchester.
El Camarada Ralph debe ser designado sucesor de Alberto Fernández, El Poeta Impopular. Como presidente “pro tempore” de CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe).
Consecuencia de un acuerdo. El trueque fue impulsado por México.
Se apoyaba a Fernández en 2021 con el compromiso de apoyar a Gonsalves en 2023.
Una concesión a Los Ortega, Daniel y la señora Rosario. El matrimonio de estado de Nicaragua estaba reticente a la promoción del ambicioso argentino.
Por la diplomática vulgaridad de “hablarse encima”. De traficar occidentalismo en el Departamento de Estado, para desconcertar a la oposición doméstica.
“Argentina va a colaborar para que Nicaragua recupere la democracia real”.
“¿Y este berraco le dice esto a los gringos y pide nuestro apoyo?”.
La señora Rosario se concentró para contemplar una fotografía de Alberto, luminoso y sonriente con su guitarra.

2.- Parroquiales. Rescate de Felipe Solá
Alberto estaba ansioso por presidir algo que le diera chapa o prestigio personal. La Doctora debía valorarlo.
Con la Estudiantina de Puebla, que agrupaba a los estadistas jubilados, no se conformaba. No le fue mal.
Debe aquí ser rescatado Felipe Solá, máximo cuadro del felipismo.
Fue el Canciller que supo transpirar la camiseta, el teléfono y los viáticos, para tramitar apoyos con los colegas.
Mientras tanto el embajador Martínez Pandiani (Canciller Personal de Massa, El Profesional) peregrinaba por las islas del Caribe. Juntaba votos para la gran causa.
Justamente Felipe volaba hacia México en un avioncito lechero cuando, en la escala de El Salvador, recibió el llamado del Premier Santiago Cafiero, El Nietito.
El gobierno había estallado por una carta incendiaria de La Doctora. Los ministros se aferraban y temían.
“El presidente decidió que dejes de ser canciller”.
Felipe no podía creerlo. Volaba en su militancia para consagrarlo.
“¿Y quién va a reemplazarme?”.
Al mejor estilo Talleyrand, El Nietito le respondió.
“Yo”.
La Maléfica Doctora había exigido el desplazamiento de Cafiero.
Pero Alberto no lo podía despachar con una embajada. Como la despachó a su amiga, la señora Graciela Losardo.
O entregarlo a los caimanes, como hizo con Ginés.
Prefirió entregar al Nietito el manejo de la política exterior.

3.- Un invento de Chávez
En la práctica, tal vez CELAC no sirva para nada.
Imitación de la OEA, de segunda o tercera marca, pero infinitamente menos cara.
Sin funcionarios ni embajadas. Y sin la presencia hegemónica de Estados Unidos (y de Canadá).
Contiene CELAC el objetivo retórico de ser “mecanismo de integración y concertación política”.
Para tener presencia en la «agenda global, combatir el hambre, cuidar el clima y la paz en la humanidad». Sarasa.
Instrumento ilusorio de poder creado y financiado en 2010 por Hugo Chávez, El Tío (entonces) Billonario.
Aspiraba a pulverizar la OEA, “dominada por los bloqueadores gringos de pueblos hermanos”.
Los enaltecedores propósitos se opacaron después que el Tío Chávez tuviera la osada impertinencia de morirse.
Como antes la tuvo Néstor Kirchner, El Furia. Y luego Fidel Castro, que ya estaba afuera.
Subsiste Highlander, Luiz Inacio Lula da Silva, en su momento el mejor preparado de aquellos tres extintos.
Lula impulsó el producto regional de CELAC en su competencia lógica con México. Para fortalecer la interlocución con Estados Unidos.
Pero don Bolsonaro acabó con la euforia, envió a Lula a la prisión y arrojó a la CELAC al cesto de desperdicios.
La ficción internacional quedó regalada, a los pies generosos de México.

4.- Hacia la Declaración de Buenos Aires
En el Sheraton Hotel, donde la señora Patricia Bullrich, La Montonera del Bien, clamaba por construir un “hospital de niños”, se va a celebrar la «VII Cumbre de CELAC».
Representantes de 33 países. 15 jefes de estado, de la magnitud de los vecinos.
Lula, Arce de Bolivia, el joven Boric de Chile, Lasso de Ecuador. Y con el debut en la ficción de Gustavo Petro, de Colombia, y de la señora Xiomara Castro, de Honduras.
Si se cierra el elaborado consenso, las luminarias convocadas van a aplaudir, de pie, la ya redactada “Declaración de Buenos Aires”.
Y la coronación del Líder del Caribe, Ralph Gonsalves, El Camarada Ralph.
Es más crítico Ralph de Almagro que el propio Alberto. Llega con el apoyo de los países gobernados por los malos del barrio.
Y desde una isla de 100 mil habitantes que mantiene nominalmente como Jefe de Estado a Carlos III, el ex marido de Lady Di.
El Camarada Ralph es un jugador de élite que emerge para copar. Supo declarar:
“Claramente, los norteamericanos quieren detener el avance de la CELAC y sostener a la OEA, de la que tienen el control a través de su financiamiento y ubicación, y también a través de Luis Almagro, su Secretario General. Almagro engañó a muchísima gente”.

5.- Final con la Salamería de Vieytes
Pese a tantas luminarias, el evento es hostigado en el ámbito parroquial, por la torpeza de la oposición doméstica.
Son patriotas que se movilizan por causas perdidas e inútiles, similares a las que emprende el oficialismo. Contra la Corte, sin ir más lejos.
Heridos en su vocación democrática, los resistentes de la Salamería de Vieytes denuncian la presencia de “dictadores”.
Complementos de la misma frivolidad. Condenan la posible presencia de Nicolás Maduro, El Colibrí, de Venezuela.
O del prolijo, y casi inofensivo, Miguel Díaz Canel, de Cuba.
En el revoleo los cruzados incluyeron a Daniel Ortega. Aunque Orteguita no se disponga a venir.
Tampoco doña Rosario, la dama capacitada -por portación de esoterismo- para proteger energéticamente a Latinoamérica entera.
Junto a los astutos «piratas» del Caribe, habilitados para atravesar los mares traicioneros.