Viernes 22 de noviembre de 2024
21 OCT 2024 - 12:32 | Sociedad
Informe

Por qué las agresiones son una de las causas más importantes de muerte entre varones jóvenes

Representantes de Generación Igualdad, una ONG de Dolores, dialogaron con ENTRELINEAS.info sobre esta problemática que afecta desde las infancias a los jóvenes adultos.

Por cada mujer muerta en circunstancias violenta, son cinco los varones que mueren. (Foto: Página/12)

Falta actualización pero se puede suponer que, lejos de disminuir, las cifras pueden haber aumentado. Según un informe de 2019 de la Dirección de Estadística e Información de Salud (DEIS) del Ministerio de Salud de la Nación, en la Argentina un total de 604 varones, de entre 15 y 29 años, es víctima de agresiones. Y que más de la mitad (57%) de las defunciones de adolescentes resultan evitables, ya que son secundarias a causas externas, como accidentes, suicidios y agresiones. 

Pero en el caso de las agresiones, parece ser una causa absolutamente masculina: por cada mujer muerta en esas circunstancias son cinco los varones que mueren. Así lo explican los psicólogos Roberto Battaglia y Vanesa Moreno, que pertenecen a la ONG dolorense Generación Igualdad y se muestran preocupados por la cuestión de la violencia que cierto enfoque de la masculinidad está teniendo en nuestros días. 

Ambos profesionales señalaron que, por ejemplo, en este caso vienen trabajando fuertemente con clubes de toda la zona que los consultan ante la existencia de conductas violentas no sólo entre los deportistas adultos sino, particularmente, entre los adolescentes y aún los niños. Señalan que la cultura de “bancar, ponerse al pecho el equipo, ser fuerte, no llorar se inculca desde muy temprana edad hasta que queda naturalizado”.

Battaglia explica que “la agresividad deportiva se entrena, pero el profesor, el entrenador, debe marcar los límites y enseñarles valores”. Sin embargo, se nota que “no hay una regulación de eso, por eso vemos chicos que no están formados con esos límites, marcados por el ganar o morir”.

Moreno indica que ha recibido muchos pedidos de clubes de Dolores para trabajar con chicos de 10-12 años por violencia que puede haber entre ellos o hacia otros clubes. Y considera que una de las cuestiones más extendidas es “la falta de tolerancia a la frustración e incapacidad de manejo de las emociones”. “Son chicos que pasan de jugar a padecer la presión externa y de las redes sociales”, acota Battaglia.

¿Cuál es el rol de los padres? Si bien consideran que es menos tolerado el caso del padre que se cuelga del alambrado y grita a los niños, esto no ha dejado de existir. Battaglia narra el caso de un club de Lezama que tuvo que judicializar el caso de un padre que agredía al equipo de su hijo, compuesto de niños de entre 8 y 9 años. 

Por su parte, Moreno aporta la intervención realizada en un club de Valeria del Mar (Pinamar), al que los llamaron “porque en una categoría infantil, no competitiva, había problemas de violencia entre los chicos, pero cuando empezamos a abrir puertas resulta que las madres, desde las tribunas, tiraban agua caliente a los arqueros”. 

De todos modos, concluyen, que no existen deportes en sí mismos que favorezcan la violencia  “sino cómo se percibe ese deporte y cuánto tiene que ver en eso la masculinidad”, entendida como estereotipo.

La condena ejemplificadora no funciona
Recordando el caso del asesinato de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell y su difusión mediática, los psicólogos consideran que las sentencias planteadas como ejemplificadoras no funcionan ni dan resultados porque “hasta que no se vea socialmente como negativo el ser agresivo, el bancársela, no habrá cambios”. En el contexto de la masculinidad hegemónica “a la agresividad la entrenamos, la enseñamos” y esto no discrimina clase social.