La única argentina al mando de un avión privado que usan millonarios como Elon Musk y Angelina Jolie
Florencia Canda (33) es pilota de Cirrus en el aeropuerto de San Fernando.
A los 33 años, Florencia Canda, vecina de Lafererre, es la única mujer que pilotea en la Argentina un Cirrus, avión que generalmente usan los privados, y entre ellos varios famosos millonarios; considerado uno de los más seguros del mundo, además de tecnológicamente de avanzada.
Es la misma aeronave que usan famosos como la actriz Angelina Jolie -incluso hay fotos que la muestran al mando- y el magnate tecnológico Elon Musk. Se trata de un monomotor que puede costar hasta 2 millones de dólares.
Desde airbags en los cinturones, auto nivelador, aterrizaje automático y paracaídas de alta seguridad hasta conexión bluetooth en toda la cabina son algunas de las características que lo distinguen por encima de los demás de su tipo.
Tiene una autonomía de vuelo de cinco horas y media, dato que expresado en la región en la que trabaja la vecina matancera implica que puede llegar ida y vuelta desde el Aeropuerto Internacional de San Fernando a Asunción del Paraguay.
Es una de las aeronaves más livianas por su composición de fibra de carbono con un peso de 1.600 kilogramos, aproximadamente. Y se le agrega dentro de sus características destacadas para la seguridad un equipamiento anti hielo que denominado FIKI, con una autonomía de 1 hora y media o 4 horas dependiendo el uso que se le de. Es un sistema clave para volar en condiciones adversas.
¿El primer auto aéreo?
Dentro de la jerga aeronáutica se lo suele comparar con una especie de "auto aéreo" porque por sus reducidas dimensiones, pueden entrar de 4 a 5 pasajeros, dependiendo del porte de los tripulantes, y es comandado por un solo piloto. Sus asientos son rebatibles y las puertas abren como los autos de lujo, para arriba.
"Siempre escucho la típica frase 'nuestro límite es el cielo', pero para nosotros los pilotos, es nuestra casa", enfatiza la joven de La Matanza sobre cómo es para ella haber logrado el lugar que siempre soñó desde adolescente.
La joven del Oeste del conurbano comenzó a prepararse para estar al mando de un avión 12 años atrás, siguiendo un sueño que tenía pendiente desde los 17. Algo que, después de la adolescencIa ia empezó a hacer realidad estudiando para tripulante de cabina. Hizo la carrera de manera intensiva en el Instituto Nacional de Aviación Civil (INAC).
"De adolescente me la pasaba yendo a todos los festivales aéreos, a los aeroclubes y sólo pensaba en que me conociera la comunidad de la aeronáutica, ese era mi objetivo. Es un círculo en el que, cuando no tenés familia adentro, es dificil hacerte notar. Sin embargo, persistí y lo logré", cuenta.
Sus padres, que siempre la apoyaron en esta "locura de adueñarse de los cielos" -como lo define- tienen vocaciones muy dispares: su papá es camionero y su mamá, maestra jardinera.
Lo cierto que la hoy comandante de los Cirrus no se perdía uno solo de estos eventos de la Fuerza Aérea muy cerca de donde creció. Además, visitaba otros aeropuertos y aeroclubes, aunque le quedaran lejos.
Recuerda entre risas que se pasaba horas en viendo como despegaban y aterrizaban aviones de distinto porte, y compara, "Para mí era como para otros ir de paseo, de shopping y disfrutar de las vidrieras".
Hoy instalada como vecina de Morón, trabaja como CEO de una empresa consultora aeronáutica, que se encarga de asesoramientos legales, compras y alquileres de aeronaves, matriculaciones, habilitaciones de escuelas de vuelo tanto teóricas como prácticas, entre tantas otras actividades del mundo de la aviación.
La compañía, cuenta Florencia, tuvo presencia como sponsor en el multitudinario festival aéreo que se hizo en agosto en la Base Aérea de Morón, después de seis años. con desfiles y destrezas aéreas, entre muchas otras exhibiciones vinculadas a la av iación.
El nuevo sueño: una aerolínea comercial
La profesión de un piloto es muy sacrificada y por sobre todo costosa. Algo que Florencia pudo costear gracias a todos sus trabajos: comenzó en un call center de "Llame ya" y continuó de azafata de micros de larga distancia, fue promotora de una empresa de salud y community manager. "Cada vez que terminaba de trabajar me iba a Aeroparque a ver aviones y visualizaba esto que vivo hoy: estar a 13 mil pies", narra con emoción como si estuviera viviéndolo al decirlo.
"Para mi carrera de piloto, que comencé en 2015, Pablo Canel, fue siempre la persona que estuvo ahi ayudándome. Él tiene una escuela en General Rodriguez que se llama CEAP, Centro de Entrenamiento Argentino para Pilotos, con ellos vuelo comercial y voy a rendir mi próximo examen", recuerda.
"En las estadísticas, las aeronaves que piloteo gracias a Marcelo Paviotti, dueño del hangar para el que trabajo, no tienen accidentes fatales registrados a nivel mundial; son las más seguras de todas. Todo es gracias a un paracaídas incorporado, que se puede eyectar desde la cabina a 600 pies del suelo, que equivale a 183 metros.
Y agrega, "Además,Cirrus tiene un sistema de airbags en los cinturones y los asientos colapsables para reducir el impacto del golpe del paracaídas. Los fabricantes del Cirrus denominan a todo este equipamiento como CAPS, que no es otra cosa que la sigla en inglés del Sistema de Paracaídas de Fuselaje Cirrus", explica con detalle la joven piloto.
Florencia tiene algo más de 450 horas de vuelo. Y sigue sumando, con un nuevo sueño: poder trabajar en aerolíneas comerciales, algo que le abriría nuevos horizontes. "En mis conferencias empresariales o charlas que doy digo lo mismo. Se trata de una carrera cara, pero no es imposible si te lo proponés y sos apasionado de esto", concluye.