Apareció un cráneo en la zona de Tapera de López: Policía Científica analiza el caso
Este domingo apareció un cráneo en la zona de Tapera de López. Los expertos entienden que datan de hace al menos veinte años. El recuerdo al caso Jerez y los Vuelos de la Muerte.
Esta mañana con la bajante apareció en la zona de Tapera de López un cráneo cuyo origen es aún desconocido pero se estima que dataría entre unos 20 y 40 años. En el lugar ya está investigando y analizando la situación Policía Científica.
Según expertos forenses el cráneo es de vieja data: de al menos 20 años. Es el único elemento que se encontró hasta el momento en la zona. Si bien es prematuro y recién comienza la investigación, hace 20 años desapareció Darío Jerez y hace más de 40 años se sucedían en esta zona los llamados Vuelo de la Muerte.
A 20 AÑOS DEL CASO JEREZ
El 25 de octubre de 2001, Darío Jerez dejó su auto estacionado en las cinco esquinas de Diagonal 23 y calle 3, en Santa Teresita, tomó los últimos pedidos como representante de la empresa Arcor, habló por celular en una de esas esquinas y desapareció. Literalmente, se lo tragó la tierra. Nunca nadie supo más sobre él. Hoy mucho es lo que puede contarse, pero todo conduce básicamente al mismo punto: las cinco esquinas de Santa Teresita, un jueves de octubre de hace casi 20 años.
Luego de una investigación que llevó años, que tuvo idas y venidas, que recolectó pistas falsas, callejones sin salida e interrogantes no resueltos nunca, en 2013 comenzó el juicio contra seis personas acusadas de haber encubierto el crimen. Durante 20 días declararon ante el tribunal cuatrocientos testigos y los fiscales Diego Torres y Diego Bensi acusaron a cinco personas por encubrimiento: Carlos Subirol; el ex concejal Daniel López (padre del actual candidato a concejal); el ex director de Inspecciones Gerardo Ibarra; el chofer y custodio del secretario de Gobierno, Gastón Leandro Alzugaray; Alejandro Muñoz, socio de Comprar SRL, jefe directo de Jerez y amigo personal, y Jorge Grande, secretario de gobierno del entonces intendente radical, Guillermo Magadán.
Después de varios días de juicio en los que circularon 400 testigos, el tribunal dictó la absolución de todos los imputados. El fallo fue anulado por Casación y esa anulación, confirmada por la Suprema Corte bonaerense, que ordenó hacer un nuevo juicio.
Sin embargo, esa orden no pudo cumplirse porque el tribunal oral número 2 de Dolores, constituido por los jueces Emiliano Lazzari, María Eva Merlo e Inés Olmedo, dictaminó que la causa estaba prescripta por cuanto “durante el período comprendido entre el 21 de febrero de 2011 y el 21 de febrero de 2017 no medió acto interruptivo alguno del curso de la prescripción de la acción penal en esta causa”.
LOS VUELOS DE LA MUERTE
Para cerrar el circuito de secuestro, tortura y muerte, los militares del último gobierno de facto (1976-1983) apelaban a los llamados “Vuelos de la Muerte”, en los que desde aviones o helicópteros tiraban a las personas (vivas o muertas) al Océano Atlántico o al Río de la Plata. Si bien el objetivo era lograr la desaparición del cuerpo, la corriente marina hizo que varios aparezcan en las costas argentinas y uruguayas: 44 se encontraron en la Argentina y 27 en Uruguay.
El cementerio de General Lavalle, ubicado a unos 500 metros de la Ruta 11, fue el destino de los cuerpos –golpeados y maniatados– hallados entre General Conesa y Villa Gesell. El cementerio conserva importantes huellas de la historia argentina reciente. Gracias al trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), recientemente postulado al Premio Nobel de la Paz por haber recuperado más de 1000 cuerpos enterrados como "NN".
En el caso del cementerio de General Lavalle, el EAAF pudo identificar a 8 mujeres y 10 varones, muchos de ellos eran miembros del grupo de la Santa Cruz, una iglesia en el barrio porteño de San Cristóbal donde comenzaron a organizarse varios familiares de desaparecidos.
Bajo la tierra lavallense estaban los cuerpos de algunas Madres de Plaza de Mayo: Azucena Villaflor, una de las fundadoras de la organización, María Eugenia Ponce De Bianco, Esther Ballestrino de Careaga y Ángela Auad de Genoves. Y también el de la monja francesa Léonie Duquet.