La intimidad de los 2 mil kilómetros en bici de un abuelo de 82 años que unió Las Toninas con Tres Lomas
Pedro Maldonado contó su aventura a ENTRELÍNEAS.info. Volvió en bici a su pueblo natal luego de 70 años.
Aprender a andar por la vida ligero de equipaje, nutriéndose de experiencias y dejarse fluir es disfrutar de la auténtica felicidad de vivir, y Pedro Maldonado a sus 82 años es un ejemplo de vida.
Este juvenil abuelo, más conocido como “el viejo de las pizzas” en Las Toninas, padre de cuatro hijos y con 16 nietos recorrió 2 mil kilómetros en bicicleta cumpliendo el sueño de volver a ver su pueblo natal, Tres Lomas, luego de 70 años.
Tras 26 días de aventura, con su bici, casco, chaleco, una manta y su Nokia 1100, Pedro regresó pedaleando este martes 30 de julio a Las Toninas en donde fue recibido por sus familiares, amigos y toda una comunidad que lo quiere, respeta y admira. “Yo no quiero ser famoso, soy uno más del pueblo”, dice humildemente, aunque su hazaña se haya hecho viral en las redes sociales y en el mundo rutero de dos ruedas.
"A pesar de mi vejez con 82 años me encuentro muy bien física y mentalmente. Estoy muy contento y emocionado de haber podido cumplir mi sueño. Tuve la desgracia de perder hace un año a mi compañera de toda la vida y eso me dejó muy mal. Necesitaba despejar un poco la mente y también quería demostrarles a mis hijos y mis nietos que la que manda es la cabeza, que con voluntad se puede lograr cualquier cosa, en cualquier momento”, dice con sabiduría.
Hijo de un changarín, Maldonado quedó huérfano de madre a los 6 meses de vida. Su padre junto a sus otros cuatro hijos emigró de Tres Lomas cuando Pedro tenía 12 años. “Aunque la vida haya sido dura, siempre hay que rescatar lo bueno”, dice.
Los años fueron pasando y Pedro llegó a Las Toninas, compró un terreno y se instaló definitivamente siendo uno de los pioneros que con un camión Guerrero fue abriendo las calles de la localidad levantando la arena con una pala. Luego se convirtió en un personaje entrañable reconocido por todos como “El viejo de las pizzas”, el cual recorre las playas durante las temporadas veraniegas arrastrando su carrito de pizzas calientes.
Al finalizar el verano Pedro se propuso una meta y comenzó a planificar su aventurera travesía. Les dijo a sus cuatro hijos que quería visitar, luego de 70 años, su pueblo natal “Tres Lomas”, ubicado al oeste de la provincia de Buenos Aires, casi en el límite con La Pampa. Sus hijos le prometieron llevarlo, pero Pedro les comunicó que se iría solo y en bicicleta luego del 19 de junio, fecha en que se cumplió un año de la muerte de su esposa. Los meses fueron pasando y a pesar de la incredulidad de sus hijos, el hombre vendió un caminador elíptico que tenía y se compró una bicicleta pesada pero con cambios, luego un casco, chaleco refractario y una campera. La preocupación de sus hijos aumentó cuando se dieron cuenta que Pedro hablaba en serio e intentaron convencerlo que emprendiera su aventura llegando la primavera “Ni loco salgo a la ruta a pedalear con el calor”, respondió el hombre mientras comenzó a entrenar con su bicicleta dando 10 vueltas todos los días a la rotonda de Las Toninas, quince días antes de su imprevista y sorpresiva partida.
Mientras el Servicio Meteorológico Nacional alertaba sobre la ola de frio en todo el país con posibilidad de nevadas en la Costa Atlántica, el 4 de julio uno de sus hijos que vive en San Clemente y trabaja en Covelia, envió a sus hermanos el siguiente mensaje: “Esta madrugada, a las 5:30 de la mañana cruce en la ruta a un hombre mayor en bicicleta, con casco y chaleco en medio de la helada y me pareció que era papá. No me atiende. Por favor fíjense”. De inmediato otro de sus hijos logró comunicarse con el testarudo y tenaz abuelo y confirmaron lo que temían, Maldonado se encontraba en General Conesa y a las 18.00 de aquel primer día ya había llegado a Dolores. “Nosotros pensamos que no lo haría, que a lo sumo llegaría a San Clemente y desistiría”, dice ahora riendo una de sus hijas. A partir de ese momento sus hijos comenzaron a turnarse para llamarlo cada 3 horas tal como lo solicitó Pedro y así lo hicieron hasta su regreso.
En el camino, Maldonado fue recorriendo decenas de pueblos cambiando la ruta preestablecida, haciéndose de amigos que le brindaron albergue en sus casas para que descansara y se protegiera del frio, pero antes del amanecer tomaba su bicicleta y volvía a rodar. “Me gusta salir temprano cuando amanece porque no se siente el frío”, dice quién debe pesar no más de 70 kilos.
En su travesía fue entrevistado por distintos medios de comunicación y en cada uno de ellos se refirió a La Costa diciendo que “Las Toninas creció muchísimo. Están asfaltando el pueblo, mejorando las playas y ahora que desde Conesa hasta Mar de Ajó están haciendo la autovía en la Ruta 11, todas las playas de La Costa están repuntando mucho y estamos muy bien”.
El abuelo rutero dice riendo: “Regresé de Tres Lomas con la ilusión de volver nuevamente pero ya no en bicicleta”. Pedro Maldonado, un ejemplo de vida que transmite emoción, orgullo y esperanza.
Así lo recibieron a Pedro en Las Toninas tras 20 días de su gran aventura en bicicleta: