En el Día Mundial de la Diabetes, claves para entender una enfermedad que hay que tomar en serio
En el mundo hay más de 420 millones de personas que sufren esta enfermedad. En la Argentina ya hay detectados 3 millones de casos y muchos que no saben que la padecen.
La diabetes hay que tomarla muy en serio. Es una enfermedad que no provoca el impacto del cáncer o el alzhéimer, pero sus consecuencias para la salud a medio o largo plazo pueden llegar a ser devastadoras si no se cumplen los cuidados necesarios.
En el Día Mundial contra esta patología, 14 de noviembre, el mundo de la salud se moviliza contra ella. Afecta a unas 420 millones de personas en el mundo cuando en 1980 eran poco más de 100 millones de personas y hoy la sufren 1 de cada 11 habitantes del planeta. Un crecimiento exponencial en pocas décadas de la llamada "enfermedad silenciosa".
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en 2030 la diabetes será la séptima causa de muerte en el mundo. Cerca de la mitad de las muertes atribuibles a la hiperglucemia ocurren antes de los 70 años de edad y la enfermedad crece más rápido en países de ingresos medios y bajos.
¿Qué es la diabetes?
Se trata de una enfermedad crónica que se caracteriza por presentar niveles aumentados de azúcar en sangre (glucemia). Una enfermedad crónica es aquella que no se cura pero con un seguimiento y tratamiento adecuado la persona con diabetes puede prevenir complicaciones y llevar una vida normal. Se estima que la diabetes afecta a más de 3 millones de personas en nuestro país y dado que por varios años permanece silenciosa, aproximadamente la mitad de quienes la padecen, desconocen su condición.
¿Cuáles son sus causas?
La glucosa es un azúcar que proviene de la digestión de los alimentos que comemos, circula por la sangre y es utilizada por el organismo como fuente de energía. La causa de la diabetes es una alteración en la producción o el funcionamiento de la insulina, hormona fabricada por el páncreas, que funciona como una llave facilitando el pasaje de la glucosa desde la sangre a los órganos y tejidos. Existen varios tipos de diabetes. En la diabetes tipo 1 no hay producción de insulina por lo tanto el organismo no cuenta con la llave que permita abrir la puerta de entrada de los azúcares a los tejidos. Comienza generalmente antes de los 30 años y su tratamiento requiere seguir un plan de alimentación adecuado y la aplicación de inyecciones de insulina. La diabetes tipo 2 es la forma más común. Si bien suele comenzar después de los 40 años, la enfermedad se observa en forma cada vez más frecuente en jóvenes y adolescentes. Este tipo de diabetes suele ser consecuencia del sobrepeso, la obesidad, la mala alimentación y el sedentarismo. Si bien existe producción de insulina la misma actúa de forma inadecuada. La llave no encaja en la cerradura de modo que el pasaje de la glucosa a los tejidos, se ve dificultado. En consecuencia, a través de cualquiera de los dos mecanismos, la glucosa se acumula en la sangre y los órganos se quedan sin combustible para su funcionamiento. El aumento del azúcar en sangre por encima de valores normales se denomina hiperglucemia. La hiperglucemia sostenida y sin tratamiento puede dar lugar a complicaciones en diferentes órganos, como los ojos, riñones, corazón, arterias y pies, entre otras.
¿Cómo se detecta?
El diagnóstico de diabetes se realiza mediante la determinación de glucemia en ayunas en sangre venosa. La determinación en sangre capilar (punción en la yema del dedo) es útil para la supervisión del tratamiento en las personas que reciben insulina, pero no se recomienda como método diagnóstico.
¿Cómo se presenta la enfermedad?
La diabetes puede presentarse por varios años de manera silenciosa. Esto significa que a veces no presenta síntomas, pero con el tiempo pueden aparecer:
Tendencia a infecciones en la piel
Aumento de la sed
Pérdida de peso
Aumento del apetito
Aumento de la producción de orina
Sequedad de boca
Existen algunas situaciones que aumentan el riesgo a desarrollar la enfermedad:
Tener más de 45 años
Padres o hermanos con diabetes
Obesidad o sobrepeso
Hipertensión arterial
Enfermedad cardiovascular
Colesterol elevado
Diabetes durante el embarazo
Mujeres con hijos nacidos con peso mayor a 4,5Kg.
Si tiene alguno de estos síntomas o características, acérquese al centro de salud más cercano para realizar un control.
¿Cómo se puede prevenir la diabetes?
Aumentar el consumo de frutas y hortalizas
Evitar los alimentos con alto contenido en sodio (fiambres, embutidos, aderezos, productos de copetín, quesos, etc.)
Cocinar sin agregar sal. Reemplazarla por perejil, albahaca, tomillo, romero y otros condimentos.
Realizar 6 comidas diarias: 4 principales y 2 colaciones
Consumir carnes rojas o blancas (pollo o pescado) no más de 5 veces por semana.
Cuidar el cuerpo y evitar el sobrepeso.
Sumar al menos 30 MINUTOS diarios de actividad física de manera continua o acumulada: usar escaleras, caminar, bailar, etc.
Y muy importante, no fumar. Incluso pocos cigarrillos por día son muy dañinos para las arterias, en especial para las personas con diabetes.
Para tener en cuenta:
Las personas con diabetes tienen mayor riesgo de presentar niveles elevados de colesterol, hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares. La prevención y control de estos factores son un aspecto fundamental del tratamiento de esta enfermedad. Si Ud. tiene diabetes, recuérdele a su médico:
Pesarlo, medirlo y tomarle la presión.
Examinarle los pies.
Calcular su riesgo cardiovascular global al menos una vez al año
Control con oculista y odontólogo.
Consulte si debe recibir aspirina.
Tratamiento:
Tratamiento farmacológico: medicación vía oral o inyecciones de insulina, y otros dependiendo de los factores de riesgo asociados.
Educación diabetológica: Incorporar conocimientos acerca de la enfermedad y las estrategias para los cuidados cotidianos es un componente esencial del tratamiento de la diabetes y otras enfermedades crónicas.